

El mío no será distinto al de las demás:
- compras de ultima hora
- la casa puesta a punto, que no falte un detalle
- por supuesto una miradita a nuestra vestimenta, maquillaje y al aspecto de nuestra pareja
- los regalos preparados para pequeños y grandes
- la mesa, detalles, luces, decoración ...ufff
- y por supuesto la cena, entrantes, ensaladas, dulces, postres, vino, licores...
Menos mal que yo cuento con la ayuda inestimable de mi pareja, y entre los dos (será la practica de tantos años ) se hace todo rápido y coordinado.
Tengo invitadas a cenar a 3 parejas, mi madre y 5 niños -en total seremos 14 personas en la mesa-. ¿Os imagináis? Pero no pasa nada, abrimos mesas, sacamos las sillas de la terraza y gracias a dios el lavavajillas funciona que es una caña, maravilla de la técnica.
Levantaremos la copa, brindaremos por la suerte la felicidad y por nosotros.
A la misa de gallo ya no afirmo si iremos o no.... según estemos de pesados, mareados, cansados... Lo importante es reencontrarse con la familia en este día y saber que estamos ahí para lo bueno y lo malo.
Os deseo que lo paséis genial y no hartarse de turrones y dulces, !que luego pasa lo que pasa!